La masía

En Mas Oms se detiene el tiempo. El sendero de acceso está bordeado por flores silvestres. Las mariposas y los pájaros revolotean alrededor y el camino huele a tomillo fresco y menta. Las vistas al macizo de las Gavarras cortan la respiración. Al abrir la puerta de la masia nos embriaga el olor a pan fresco y bizcocho recién salido del horno. Las flores frescas complementan la decoración, os acogemos como amigos, con generosidad y amabilidad

. Esta masía catalana del siglo XIV, está enclavada en las montañas entre Girona, el Ampurdán, el mar y las playas de la Costa Brava, ha sido renovada con todo nuestro cariño. La belleza rústica es embriagadora. En verano, cuando el sol está en su cenit, puedes tomar el sol en hamacas colocadas entre encinas y olivos, mientras bebes un té helado junto a la higuera, o te das un chapuzón en la piscina de agua salada (y climatizada) con vistas al valle. Imagina jugar una partida de petanca y pedir un zumo detox en el bar, o una cerveza local bien fresca.

En invierno, se puede aprovechar la luz del día para dar un paseo o montar en bicicleta (eléctrica) por la montaña. A la vuelta, puedes reposar en un árbol con columpios que te permitirán aprovechar los últimos rayos de sol. Por la noche, una de nuestras actividades favoritas es sentarnos junto al fuego. En el camino, puedes pararte en la biblioteca para elegir un libro y acudir finalmente al bar para descubrir un vino natural explicado con pasión por Julien.

Cada estación tiene su encanto y sus manjares.

En Mas Oms, te sentirás bien durante todo el año.